Lo infraleve

Excesos en la mirada

08 septiembre 2006

Sin miedo a la caída de la hoja

A base de manos polvorientas terminamos de colocar los libros y los platos. Veraneando entre la buhardilla y el jardín, pasito a paso fuimos mullendo espacios. En un descuido del taladro nos largamos a las playas de Huelva, dormimos en la casa de las fresas y comimos cigalas rellenas de mar. Una tarde tumbada en la piscina se me cayó la baba de placer y escribí un último poema con título de hormigas. Me alegré de verle, aunque no sé muy bien si tenía que haberle llamado, pero me alegré de verle y poder abrazarle, creo que un par de veces pudimos entendernos sin mover ficha. No estoy muy segura de esto último.
Estuve también en un concierto, la luna me llevaba de una baldosa a otra sin moverme del sitio, me desdoblaba con banda sonora sobre historia.
Otra foto me trae un pinchito de anchoas, una copa de vino rosado, una risa que nadie se imagina, un baño vestida de mi madre y el abuso celestial de su sofá porque el termómetro también afuera marcaba más de 40 grados, sería por eso, no?
Anoche me encontré con algunos de mis más queridos, todos vapuleados por los amores. El que está que se muere por los huesos de la que cree definitiva (esta vez sí, esta vez la encontré); el que da un paso atrás porque no se permite lujos con el dolor; el que está justo en medio del huracán sin querer tener que esforzarse por lo que tendría que ser fluir, él, que conoce tanto la importancia de lo dulce...
Mi viento del sur dice que no ha ensayado pero yo sé que ha aprendido lecciones, las ha cogido al vuelo y nos las regaló en desagravio.
Por fin pude leer aquel Retorno, 201, lleno de voces sin pulir, de las cosas humanas que rozan y hacen cortes profundos como el filo de una lata. Ahora duermo con Molina, Molinita, que vive dentro de El beso de la mujer araña, que cuenta las películas como nadie, que habla en femenino cuando recuerda al camarero del que está enamorado, cuando cierra los ojos en la cama de la cárcel y yo cierro los míos bajo el dibujo de las persianas en el techo.
Cuando abrí mi buzón hace unos días encontré cartas de cariño, postales de septiembre que esperan que amanezca el otoño para sacar papeles y colocarlos por el suelo evitando pisar en lo recién fregado.
He soñado que estaba de viaje y dormía en un bar entre los brazos de la estación del frío.

8 Comments:

  • At 2:08 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Qué calma he sentido al leerte (la necesitaba, te lo aseguro), qué magia, qué brisa has traído del sur.

    Cómo me alegra tu regreso. Tal vez me tranquilice. Me he sorprendido a mí misma con este aluvión de emociones provocadas por tus letras.

    Gracias, Exageradita.

    Un abrazo muy fuerte.

     
  • At 4:29 p. m., Blogger Pow said…

    Es un texto dulce, casi rozando con la ternura del reencuentro o la transmutación. Pero no sé a santo de qué he leído baldosa verde. Dos veces. ¿Seguro que no querías poner "baldosa verde"? ¿Serán los efectos de la publicidad? ¿Por aquello de Heineken? Vaya usted a saber...
    Pues nada, tú ve acomodándote y después ya nos cuentas de esa última poesía, que me has dejado pensando en una canción de Silvio con caminos de espalda.

     
  • At 12:33 p. m., Blogger Hans said…

    Willkomenn, Doña. Emepzaba a preocuparme de picar en 'Exageré'" y que saliese la bailaora poderosa en lugar de una actualización ad hoc. Que sepa V. que yo también estuve por las Huelvas :D

     
  • At 12:53 p. m., Blogger anTón said…

    ven

     
  • At 3:43 a. m., Blogger ybris said…

    Me dejas pensativo sintiendo.
    Lo tuyo es formidable.
    Es lo que pasa cuando hay que colocar todo de nuevo.
    Menos mal que los taladros dejan huecos para escapadas, para seres queridos, para vivencias ingenuas de sus amores tiernos...
    Sigue leyendo, durmiendo y soñando lo que, con quien y en quien te dicte palabras como estas que ahora bebo.

    Gracias y muchos besos.

     
  • At 12:57 p. m., Blogger mOe:) said…

    Que bueno verte de vuelta y tan bien :) Besotes

     
  • At 2:48 p. m., Blogger Exagerada said…

    Ella, percibes cada línea, así da gusto.
    Dorian, a mí no me hubiera costada ningún trabajo volver verde la baldosa, sólo tenías que pedirlo.
    Hans, la bailaora me ha perseguido todas las noches de este larguísimo verano. Nos veríamos por Huelva?
    Antón, ya he ido. Tú me contarás.
    Ybris, las gracias a ti, que me lees siempre con buenos ojos.
    Moe, muac!

     
  • At 3:45 p. m., Blogger libertad said…

    Uff!! Qué calma, qué bienestar! Cómo escribes, cómo transmites! Desde que te leo, nunca había percibido algo semejante. ¿Qué te ha pasao con la vida chiquilla?

    Gracias
    Y me alegro de que estés por aquí
    Un beso

     

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