Carne viva es lo que tengo
En la casa desamueblada que vas a ver muy pronto, me siento en la escalera y me muestro al completo de forma inevitable.
Abro la grieta del buzón, te envío las miradas más turbias y las que viste brillar en aquel punto del fin del mundo. Ahí van las rozaduras, el trayecto más triste del hotel al lugar en el que ya no vivo, te llegará el deseo como un trozo de carne y vida, un grito entero.
Estoy, en serio, estoy, envuelta en circunstancias, pero voy para allá, hasta tu puerta, con el corazón entre los dientes.
Carne viva es lo que eres. Vida encarnada lo que tienes.
Qué de bruma para verlo claro. Qué de otoño sin haber aún entrado plenamente en el verano.
Yo sí que estoy.
Aunque no valga de nada.