Ya os hable de ella pero no sabéis nada, no podéis saberlo, ni imaginarlo. A ti no te importa que el Pepe duerma con nosotras, verdad? A mí qué me va a importar. Yo no sé cómo se puede querer a alguien tan de repente, querer que sea tu hermana, o adoptarla, o casarte con ella, lo que sea. En el fondo me pasa que quisiera llamarme Carmen y sentirme ar
rojada y tremenda, que quisiera flipar en mandarinas, tener una abuela con dolor de tropicales, que me recomendase cocinar la cebolla hasta que pierda el orgullo, vivir en Triana, tener el pelo rojo y las orejas calientes mientras concluyo con un impecable aparato teórico sobre los hombros, que quisiera enviar esemeses que comiencen así:
... y mi garlochí también te lo doy sin que me lo pidas... Ayer vino un gitano de Sevilla a traer unos muebles a mi casa, me propuso fugarme en su camión y pensé en ella, que me había llenado de salud y portentos por correo. Si no hubiese tenido los garbanzos en agua, hubiera saltado sin maleta a su cabina. Dice que confía en mí porque le presto el secador de pelo. Éramos Epi y Blas arropadas por el Monstruo de las Galletas.
Será todo lo de repente que tú quieras.
Pero eso es querer y lo demás es cuento.
Besos