Ahora sí (II)
"De pronto algo me ocurrió" dicen esos turistas cuando inician su tratamiento psicoterapéutico. Suelen manifestar pautas muy similares de deterioro mental. Los síntomas aparecen al día siguiente de su llegada a Jerusalem, cuando empiezan a sentir un nerviosismo o una ansiedad inexplicables. Si vienen en grupo sienten de pronto la necesidad de estar solos y se apartan de los demás. Pronto comienzan a realizar actos de purificación y abluciones. A los cuatro o cinco días, los pacientes responden al enfoque de retorno a la realidad que preconizan los psiquiatras. "Me siento como un payaso", dicen algunos, avergonzados.
Existe la convincente teoría de que aquéllos que sufren el síndrome de Jerusalem venían predispuestos a ello en forma de un trastorno mental latente que se vio precipitado al llegar a la ciudad santa.
Lo mío no ha sido para tanto..., pero casi. La experiencia del viaje a Palestina me tiene aún alborotada, fuera de casi todo. Sin embargo, las circunstancias obligan a un reseteo precipitado. El trabajo me ha esperado impaciente con las bandejas llenas.
Todavía me siento a otro lado de un muro, de una puerta cerrada que poco tiene que ver con la oferta del día.
Os beso de año nuevo.
Es alucinante el juego cromático de la foto... Me he quedado tan hechizado que apenas soy capaz de aprehender el texto.
Un abrazo de azul y oro para envolver el estreno del 7
:)