Por dónde empezamos? La fiesta de disfraces y la apostasía
Había que cazar los votos como fuera. Había que estrechar la mano de Obando y dar una patada a las más débiles derongando una ley que protegía a las mujeres, que permitía abortar con garantías sanitarias. Otra vez las mujeres, otra vez las niñas. Pregunté a un militante qué pasaría ahora con las niñas embarazadas por violación. Me contestaba, un poco escandalizado, que no todas las niñas embarazadas lo son por violación, que muchas niñas de 11 ó 12 años se entregan por amor.
El lema de una asociación de feministas nicaragüenses es, sin embargo, “toda niña embarazada ha sido violada”. Porque cómo decide una niña de 11 años entregarse por amor? En qué circunstancias? Con qué autonomía? Con qué recursos educativos? En qué nivel de igualdad con el hombre al que se entrega? Con qué carga de historia machista se aceptan estas conclusiones? La mujer en Nicaragua es la tentación, me explica convencido el militante sandinista.
Ahora las mujeres pobres tendrán otra oportunidad para morir en una cama infecta.
Gioconda Belli ha escrito: "Considerando que tras más de un cuarto de siglo de vida en común, hace apenas un año que la pareja Ortega-Murillo decidió casarse y abandonar lo que, para la Santa Madre Iglesia, era un estado censurable de concubinato, es sorprendente que ahora Rosario Murillo se presente ante nosotros en olor de santidad, proclamándose ella y su partido como defensores de la fe cristiana, de la vida, de los obispos, cardenales y clero católico y de todos aquellos que le faciliten el camino a ella y su marido para regresar a ostentar el poder en Nicaragua".
Pero no importa, en política hay que hacer concesiones.
En cada comunidad, entre las casas de uralita o tablones, entre los barrizales y la miseria, grandes locales se destinan a la proclamación de la fe. La salvación llega a los pobres de la mano de los testigos de Jehová, los santos de los últimos días, los evangelistas, la iglesia católica y nuevas confesiones open 24 h.
Los líderes políticos claman al cielo, piden a los votantes que se dejen guiar por el criterio del creador.
Mientras, los gringos no pierden baza, meten el miedo en el cuerpo a los que opten por los sanditerroristas, se lo llevarán todo, les dejarán en cueros, con menos que con nada.
Como dice mi amigo Héctor Avellán desde Managua: Todo está en veremos, las esperanzas de una población pobre desesperada, en una campaña que prometió una revolución espiritual (?), son inciertas.
En ocasiones como ésta yo también quisiera echar mano de la fe.
Te leí esta mañana, y esperé que alguien te contestara, que dijera algo inteligente o creativo para algo que tiene pocos visos de solucionarse a corto plazo. Me acordé de Ernesto Cardenal, de la teología de la Liberación, de mi amigo Octavio contándome las campañas de alfabetización en la montaña. Del proceso de elección tan corrupto del 90 que puso a Violeta Chamorro al frente del gobierno, "Esto se va al carajo", decía Octavio.
Y también de Rubén Darío. "Dichoso el árbol que es apenas sensitivo...". Pero nada inteligente. Nada creativo.
Ay, Nicaragua nicaragüita...